La Escuela en Grulleros 

Los que nacimos en un pueblo hacia la mitad del siglo XX, y después de esas fechas, tenemos la sensación de que la escuela de nuestros pueblos ha existido siempre. Pero esta percepción nada tiene que ver con la realidad. Hemos oído a nuestros padres contar numerosas anécdotas de la escuela, de sus maestros y de las precarias condiciones en las que se impartía la instrucción en aquel tiempo. Nos relataron el frío soportado en aquellos crudos inviernos, los castigos que sus maestros les imponían, incluso hemos tenido la oportunidad de ver alguna foto de aquellos tiempos lejanos. 

Nuestra generación disfrutó ya de mejores condiciones y logramos alcanzar nuevos grados de formación, pero ni ellos no nosotros disfrutamos de los modernos métodos y medios que hoy se emplean en la enseñanza. Los magníficos libros ilustrados, la radio, la televisión e internet, las redes sociales, han hecho que tanto la enseñanza para los maestros como el aprendizaje 

de los alumnos, sea hoy mucho más fácil o que exija menor esfuerzo.

Escolares de Grulleros hacia 1958
Escolares de Grulleros hacia 1958

Muchos de nuestros padres, se vieron obligados a faltar un buen número de días a la escuela. El trabajo en el campo, eminentemente manual, requería gran cantidad de mano de obra, que ocupaba tanto a hombres como mujeres. Por su parte, las labores del hogar o el cuidado de sus hermanos más pequeños, que por lo general recaía sobre las mujeres, impedía a muchas niñas acudir a la escuela un buen número de días, durante los meses aptos para laborar el campo. Eso privó a hombres y mujeres, de una instrucción más completa, en especial a éstas. Sólo cuando crecieron y se enfrentaron a la vida en la edad adulta, cayeron en la cuenta de los conocimientos que les hubieran reportado aquellas jornadas perdidas, que tanto echarían en falta el resto de su existencia. Pero ya era tarde.

La organización social de aquel tiempo, se basaba en la desigualdad entre hombres y mujeres, así la educación daba a cada uno de sus receptores una enseñanza adecuada a su posición dentro de la sociedad. De ahí que el acceso a la instrucción fuera marcado por factores diferentes como son: el sexo, el grupo social, las actitudes familiares y también su coste. No podemos olvidar que eran años de recursos económicos ínfimos y que la lucha por la supervivencia, era el argumento más fuerte.

Si en muchas de las escuelas de primeras letras la preparación de los maestros era escasa, mucho más precaria era en el caso de las maestras. Para ejercer como tales, éstas estaban exentas de la prueba de lectura y escritura. Bastaba con demostrar conocimientos de doctrina cristiana, informes de su conducta y costumbres y demostrar su dominio de la labor a la que se destinaba la escuela.

Leer requería menos esfuerzo y tiempo y dinero que escribir, y por ello, cuando se conseguía el primer objetivo, la escritura parecía ya un problema menor.

Escuela de niñas  hacia 1940
Escuela de niñas hacia 1940

Leer era lo más barato y la habilidad que menos tiempo exigía adquirir. La escritura suponía ya una mayor inversión temporal y monetaria, lo que engendra la idea de que sólo era útil para quienes la convertirían en su profesión. En verdad, para los integrantes de las capas sociales inferiores resultaba más favorable pagar a los que sabían hacerlo que afrontar el gasto de aprender, dadas las pocas ocasiones en que se verían necesitados de escribir a lo largo de su vida.

Además, no olvidemos que las tasas de mortalidad infantil eran muy altas, lo que aportaba mayores dudas aún sobre la rentabilidad de la inversión educativa.

UN POCO DE HISTORIA

Durante toda la Edad Media y buena parte de la Edad Moderna, la cultura estuvo siempre en manos de los eclesiásticos y su entorno inmediato. La población campesina, en general, a excepción del cura, era totalmente analfabeta. Habría que esperar largos, incluso siglos para que el acceso a la cultura se fuera generalizando.

Las ideas de la Ilustración hacen hincapié en la razón como motor del mundo y no las ideas retrógradas de la religión, que hasta el momento habían imperado. Pero sus ideas y la necesidad de difundirlas chocaban con un mundo mayoritariamente analfabeto, pues como luego veremos, a excepción de los eclesiásticos, los demás no sabían ni siquiera leer, mucho menos escribir. Esto les hacía dependientes de aquella élite. La máxima del nuevo movimiento ilustrado era que la cultura debe ser divulgada y no mantener al pueblo en la ignorancia, como hasta el momento se había pretendido.

En España, la idea de una escuela pública nace, con la promulgación de la constitución de Cádiz en 1812, ("La Pepa") que establece en su Art. 366:

Pupitre de nuestro tiempo
Pupitre de nuestro tiempo

En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de primeras letras, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir y contar, y el catecismo de la religión católica, que comprenderá también una breve exposición de las obligaciones civiles.

En nuestra provincia, su puesta en práctica no se produce hasta 1821 en el que la Diputación de León, recogiendo el mandato de "La Pepa" establece tal obligatoriedad.

Poco a poco se van estableciendo estas "escuelas de primeras letras" en los pueblos con mayor número de habitantes, pero pasarían muchos años antes de que tomaran la forma en que nosotros las conocimos, o incluso me atrevo a decir como las de nuestros padres.

Pascual Madoz, en su gran obra enciclopédica nos describe uno por uno la situación de todos los pueblos de España. Pues bien, referidos a León podemos que en 1847 existían 807 "escuelas de primeras letras" en nuestra provincia. La progresión a partir de esa fecha es la que presento a continuación:

ANALFABETISMO

Las tasas de analfabetismo en la época eran muy altas como fácilmente se puede comprender, con la escasez de medios y la baja infraestructura escolar. En 1900 había en León una tasa de analfabetismo del 48 % cuando la media de España alcanzaba el 64 %.

Nuestra provincia era también líder en cuanto a asistencia escolar. En 1910 era del 47,29 %, bajando en 1930 al 37%, por lo que el inspector Medina Bravo, consideraba nuestra provincia como altamente satisfactoria.

Del mismo modo León figuraba a la cabeza en puntualidad, pero a la cola en cuanto a la retribución de los maestros, estableciéndose una media muy inferior, en este aspecto, a la media española. Un maestro en 1883, como veremos más adelante, en los pueblos de nuestro entorno, no solía pasar de las 500 pts. al año, con lo que su sueldo era más bajo que el de cualquier obrero de la época.

Una vez conseguido el objetivo de aprender a leer, La escritura pasaba a un segundo plano; ya que suponía ya una mayor inversión temporal y monetaria, lo que engendra la idea de que sólo era útil para quienes la convertirían en su profesión.

En verdad, para los integrantes de las capas sociales inferiores, resultaba más rentable pagar a los que sabían hacerlo, que afrontar el gasto de aprender a escribir, dadas las pocas ocasiones en que se verían necesitados de ello a lo largo de su vida. Además, no olvidemos que las tasas de mortalidad infantil eran muy altas, lo que aportaba mayores dudas aún sobre la rentabilidad de la inversión educativa. El aprendizaje de las cuatro reglas ( sumar, restar multiplicar y dividir) y los principios de la aritmética eran un lujo sólo accesible a unos pocos.


LA ESCUELA EN GRULLEROS Y SU ENTORNO

DESDE 1874 HASTA 1950

Con un panorama general como el que hemos presentado, bajemos a lo particular de Grulleros.

Hasta la Edad Moderna, se difunde la instrucción de pequeños grupos de alumnos en casa de un tutor. Este método era más bien aplicable a las ciudades y no a los pueblos.

Con todo, GRULLEROS, y Vega de Infanzones como la mayor parte de nuestros pueblos con un número considerable de habitantes, disponía ya en 1847, ( diez años antes de la Ley Moyano) de un " maestro de primeras letras, como lo atestigua Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico-Estadístico- histórico de España y sus posesiones de Ultramar ( Tomo VII, p. 599). Incluso hace referencia a los crudos inviernos de nuestro pueblo.

GRULLEROS ...Su clima es bastante sano, aunque frío. Tiene 36 CASAS, escuela de primeras letras durante los 4 meses de riguroso invierno, cuyo maestro percibe una módica retribución de los niños que la frecuentan. Igl. parr.( San Adriano) servida por un cura de primer ascenso y libre presentación...

El mismo autor nos refiere que Vega de Infanzones, tenía también escuela de primeras letras y a ella asistían unos 60 alumnos. No hace referencia Madoz a la escuela de Villadesoto, por lo que tenemos que pensar que no la había en este tiempo.

Según el autor, el año 1847 Grulleros tenía 36 casas y 136 almas. Y Vega de Infanzones , incluído Trobajuelo 100 casas y 350 almas.

Aunque este dato no es del todo relevante para el presente estudio, el escaso número tanto de casas como de habitantes no parece casar con los ofrecidos en otras fuentes.

Muchos años antes, ya en 1753 que, el Catastro del Marqués de la Ensenada, que nos da datos extremadamente precisos , refiriéndose a Grulleros, en contestación a la pregunta 22 nos habla de 62 casas: (Para datos estadísticos de población ver pág. web de Grulleros: https://grulleros.webnode.es/estadisticas/ ).

El Nuevo Nomenclator de la provincia de León de 1884, refleja una población de 1.002 habitantes para el conjunto los tres pueblos del Ayto.[1] Parece por tanto extraño, que nuestros pueblos tuvieran tan escaso número de habitantes, (unos 570, calculo, en el conjunto del municipio según Madoz) y que 37 años más tarde casi duplicara ésta. He aquí el cuadro que he confeccionado con el detalle de población del Ayuntamiento en 1884.

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[1] En 1857, Vega de Infanzones  ya se había separado del Ayuntamiento de Onzonilla. 

Las escuelas, generalmente de pequeño tamaño, y a veces incluso estacionales, se van implantando paulatinamente. La necesidad de mano de obra, hacía que el curso escolar, se adaptara más a los ritmos agrarios que a las necesidades académicas. No olvidemos que se trataba de una agricultura de mera subsistencia, y la propia falta de cultura, hacía que ésta no se valorara en absoluto, sino la inmediatez de sacar la familia adelante.

Su duración no iba más allá de tres o cuatro meses (generalmente de Noviembre a Febrero), cuando no se veía suspendido en tiempos de guerra o epidemia. Además, el absentismo de un tercio de los escolares era porcentaje habitual y los abandonos eran muy numerosos.

Su actividad se desarrollaba en precarias condiciones, en los atrios de las iglesias cuando el tiempo lo hacía posible, e incluso en las cuadras acondicionadas a tal fin, en los meses más fríos, aprovechando el calor de los animales.

El maestro, por lo general era de "la montaña" y sin apenas preparación, atendía aquellas incipientes escuelas, como gráficamente nos describe Madoz en el fragmento siguiente:

"...durante los meses de Noviembre a Enero, las nieves hacen imposible toda tarea en el campo, por lo que se descuelgan labradores que apenas saben deletrear y pintar su nombre, y se ajustan por los pueblos regularmente por la comida y una pequeña cantidad en metálico y presiden la escuela hasta Febrero. Entonces el maestro vuelve a su montaña y sus discípulos a sus faenas de labor que no abandonarían aunque el maestro permaneciera..."

En Grulleros, la escuela era de primeras letras, como la de Vega de Infanzones, durante los cuatro meses más crudos de invierno. El maestro percibía una módica retribución abonada por los padres de los alumnos, unas veces en metálico, otras en especie. No todos los niños en edad escolar asistían a la escuela, pues muchos padres no tenían ni siquiera lo necesario para pagar al maestro, lo que se hacía, cuando se podía en metálico ( en reales) y otras en especie, trigo y centeno.

Como consecuencia de ello, el analfabetismo era patente como ya señalé arriba. En documentos referidos la Cofradía de las Ánimas de Grulleros encontramos una muestra clara de ello. En diversas ocasiones, allá por los años de 1850, se deja constancia de tal hecho, cuando envés de firma hacen un trazo en forma de cruz.

...Por no saber firmar ha hecho la señal de la cruz...

Ya en tiempos de nuestros padres, aquella escuela de primeras letras había evolucionado dividiéndose en dos, una por cada sexo. Solía abarcar la enseñanza de los 6 a 12 años. El período lectivo comprendía de lunes a sábado si bien en principio no había clase los jueves por la tarde hasta una fecha cercana a 1930.

Las actividades de las niñas en la escuela por lo general además de leer y escribir se realizaban tareas de ganchillo y provistas de un bastidor aprendían a bordar y hacer vainicas así como otras tareas prácticas.

EL SUELDO DE LOS MAESTROS

A continuación presento los datos del estudio estadístico que he realizado, referidos a la escuela, de nuestro municipio. He completado el siguiente cuadro con los cuatro municipios de nuestro entorno (Onzonilla, Chozas de Abajo, Villanueva de las Manzanas y Villaturiel), para tener un punto de comparación y una visión más amplia del estado de la cuestión. Además he añadido una columna final en la que se recoge el sueldo anual de los curas en el mismo año, para que se pueda establecer la comparación entre los sueldos de uno y otro estamento:  

De los 35 pueblos que componen los cinco ayuntamientos estudiados, tan sólo 13 tienen escuela en 1884. Resulta sorprendente, que sólo Torneros tenga escuela Elemental, el resto incluido Grulleros y Vega , tan sólo poseen una escuela mixta incompleta como podemos ver en el cuadro anterior.

En cuanto al sueldo de los maestros en este mismo año resulta el siguiente detalle:

El maestro de Torneros titular de una Escuela Elemental, tenía un sueldo anual de 781,25 Pts./ año, el de Villanueva de las Manzanas, Chozas de Abajo y Vega de Infanzones perciben 625 Pts , los de Grulleros y Villarroañe 468,75 y el resto 500 Pts . Su interés y dedicación se veían recompensados con el agradecimiento de los padres de los alumnos, quienes, le ofrecían productos o fruta de sus huertos. Con esto aliviaba, en parte, la miseria de su salario.

De la comparación del sueldo de los maestros con el de los sacerdotes de la época, según la tabla de arriba, se puede concluir claramente que los dichos de antaño:

"Pasa más hambre que un maestro de escuela" y

" vive como un cura" , tenían su claro fundamento.

En épocas más recientes, y estoy hablando ya de los años 30 del siglo pasado, la situación había mejorado ligeramente. Existía ya maestro para los niños y una maestra para niñas, de manera independiente. Aunque había clase todos los días de la semana, a excepción del domingo, no todos los alumnos asistían a clase a diario. Muchos tenían que ayudar a sus padres, según las circunstancias y épocas, como antes he indicado.

Tanto el medio físico en que se llevaba a cabo la enseñanza -la escuela-, como los materiales empleados eran bastante limitados. Poco a poco tanto el maestro como los alumnos, fueron contando con un aulas mejor acondicionadas y más dignas que las antiguas cuadras o atrios de las iglesias. 


La instrucción se basaba en el ejercicio de la memoria, siendo los libros más usados los religiosos. Con el paso del tiempo se fueron incorporando las Cartillas, El Catón, de la época de nuestros padres, el Catecismo del Padre Astete y en fechas posteriores la Enciclopedia Dalmau Carles.  


LA ESCUELA PRIMARIA A PARTIR DE 1950

LOS MEDIOS DE ENSEÑANZA

Ya en nuestra época ( a partir de 1960, pero sobre todo en los años 70), los medios de enseñanza fueron mejorando de manera notable. Las viejas escuelas ( 2 de mayores y una mixta de párvulos) fueron sustituidas por otras de nueva construcción. La de párvulos que comprendía edades de 4 a 6 años. Las escuelas de mayores (niños y niñas) abarcaban un rango de edades de los 6 a los 14 años y no hasta los 12 como en décadas anteriores.

Como libros más utilizados destacamos: El Parvulito y la Enciclopedia Alvarez, con sus 4 grados, (aunque lo normal es que la instrucción hasta los 14 años solo abarcaba los 3 primeros) y el Catecismo.

LA ENCICLOPEDIA ALVAREZ

La enciclopedia Álvarez usada desde los años 1954 hasta finales de los 60, fue el libro por excelencia de los alumnos de nuestra época que como apoyo poseía unas directrices pedagógicas como era el Libro del Maestro.

Comenzaba con la HISTORIA SAGRADA, desde la creación a las historias de Abraham Moisés el nacimiento de Jesús y finalmente lo sus Evangelios.

GEOGRAFIA la descripción física y política de España y un recorrido por las distintas regiones.

LENGUA ESPAÑOLA, intercalando lecturas de fábulas y dichos famosos y las correspondientes lecciones de ortografía. Finalizando con la conjugación de los verbos.

LA ARITMÉTICA, que contenía los rudimentos básicos de contar y la tabla de sumar. Seguían las nociones elementales de Geometría.

GEOGRAFIA la descripción física y política de España y un recorrido por las distintas regiones.

HISTORIA. Comprendía la historia elemental de España y sus correspondientes ejercicios.

CIENCIAS DE LA NATURALEZA, con el estudio de los seres animados e inanimados y cuestiones básicas relativas al ser humano.

FORMACIÓN POLÍTICO- SOCIAL En el que bajo una óptica franquista desarrollaba los elementos ligados a cuestiones patrióticas Y finalmente una serie de lecciones conmemorativas de la historia reciente.

Finalizaba con unas lecciones de formación familiar y social lecciones de higiene información política referentes a la patria del Estado y conmemoraciones escolares.


CONTENIDOS Y HORARIOS DE LA ESCUELA

Los programas de la enseñanza elemental incluían, por orden de importancia: religión, moral, lectura, escritura y aritmética, geografía e historia y ciencias naturales

El curso solía comenzar, en Grulleros, hacia mediados de septiembre pero como en esas fechas coincidía generalmente el inicio de la vendimia, los primeros días al afluencia a la escuela era escasa y el maestro hacía la vista gorda y terminada ésta el curso se retomaba en serio.

La escuela de párvulos se iniciaba a los 4 años y duraba hasta cumplir los 6; momento en que se pasaba a las escuelas de mayores que a iban desde esa edad hasta los 14

El horario, abarcaba de lunes a sábado por la mañana, comenzando a las 9 de la mañana hasta las 12 y de 3 a 5 de la tarde, excepto en el caso de permanencias. Finalizada la jornada escolar, los alumnos cuyos padres estaban dispuestos a pagar esa hora de ampliación recibían clases particulares -las llamadas permanencias.

En esa hora se afianzaban y ampliaban conceptos de la clase anterior con mayor profundidad, sobre todo un importante aporte en matemáticas y lengua. Por este concepto se pagaban aproximadamente unas 50 pesetas en los años 60.

D. Fausto Eliseo  Muñoz Ordoñez con sus alumnos de Grulleros. 1963 ( Foto J. Mª Santos )
D. Fausto Eliseo Muñoz Ordoñez con sus alumnos de Grulleros. 1963 ( Foto J. Mª Santos )

OTRAS ACTIVIDADES

Durante el mes de mayo, llamado mes de las flores se cambiaban a diario las flores había un homenaje a la una imagen de la virgen que había en todas las escuelas. Se rezaba y cantaba una canción y se leían o declamaban poesías a la virgen. No hay que olvidar la estrecha relación existente entre las instituciones docentes y el clero.


La actividades de las niñas en la escuela, que en épocas pasadas incluían tareas de ganchillo y provistas de un bastidor aprendían a bordar y hacer vainicas, tareas propias de mujeres, fueron desapareciendo progresivamente con el correr de los años, y en nuestro tiempo eran prácticamente iguales que en la escuela de niños.

En determinados momentos, se dio puntualmente clase también a adultos, con la intención de que obtuvieran el certificado de estudios, primarios aquellos que no habían tenido oportunidad de hacerlo y que lo precisaban para su vida laboral.


MÉTODOS CASTIGOS Y RECOMPENSAS

El régimen interno revestía una cierta severidad e incluía los castigos corporales como medio correctivo y coercitivo. Haciendo buena la máxima de aquel tiempo "la letra con sangre entra", era aplicada con rigor. Aunque el título de este capítulo incluye las recompensas, lo cierto es que no consigo recordar éstas últimas, pero si los castigos:

El castigo físico consistía en dar palmetazos en las manos a los alumnos. En el caso concreto de Grulleros, era con una vara de madera, que los mismos alumnos proporcionaban al maestro.

El más común era poner al alumno de rodillas al lado del encerado y de cara al resto de los alumnos, y a veces con los brazos en cruz, incluso con un libro en cada mano.

Este castigo además de la dureza que en sí encerraba, comportaba una humillación de cara al resto de la clase.

Uno de los más importantes, era "dejar sin comer". En ocasiones el maestro retenía en la escuela durante las horas de comida algún alumno, que unas veces se limitaba al tiempo necesario para que terminara la tarea de la que iba retrasado, y otras abarcaba el tiempo total destinado a la comida, con lo que el alumno se quedaba sin comer.

Otros castigos habituales, como correctivo era escribir 100 veces de manera correcta cada falta de ortografía cometida.

Cuando había una falta de respeto especial, la cosa ya pintaba peor. El maestro confeccionaba una frase del estilo debo respetar a mis superiores, padres y compañeros" y se lo hacía escribir 500 veces. Hasta que no terminará el alumno no podía asistir a clase.


EL RECREO


El momento más esperado, sin duda, era la llegada del recreo. Tan sólo era media hora, pero se aprovechaba hasta el último minuto.. En estos tiempos, en los que la tecnología lo invade todo, es difícil imaginarse los entrenamientos tan simples con los que los niños de antaño pasábamos el tiempo.

Los chicos jugábamos a las canicas ( el guá), la peonza, el chirlo, la bigarda, el finque , las chapas ( en Grulleros los platillos) o sencillamente a la malla, común ésta a ambos sexos. Más tarde, se generalizó el fútbol y era el principal deporte, aunque no el único.

Las chicas jugaban, por su parte jugaban a la comba, al truque,  la pelota, la goma, las tabas, la malla ( o escondite) etc...


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